EFE. Aún se desconoce cómo murieron las mujeres, aunque está claro que fueron enterradas a la vez y no en distintos años.
Los arqueólogos están investigando los restos localizados en el dolmen de Montelirio, en Castilleja de Guzmán, donde se encontraron un enterramiento de hace casi 5.000 años de un hombre y una mujer con otras 20 mujeres de entre 25 y 35 años. La teoría más factible es que se tratara del personaje principal de un grupo social como un clan, tribu o jefatura que habría sido enterrado con su séquito, según ha dicho el arqueólogo Álvaro Fernández Flores, director de las excavaciones. Los restos del monumento funerario han sido cubiertos con tierra una vez extraídos los huesos humanos y ajuares encontrados, entre ellos figuras de marfil, huevos de avestruz, alimentos, ámbar, vasijas o puntas de flechas. Las mujeres estaban enterradas en una cámara distinta a la del personaje masculino y tanto su enterramiento como la presencia de un numeroso y variado ajuar suponen la amortización de una notable riqueza. Aún se desconoce cómo murieron las mujeres, aunque está claro que fueron enterradas a la vez y no en distintos años. Este hecho, el amplio número y selección de los individuos inhumados, su disposición y los elementos de culto (altares y ofrendas) y ajuar recuperados sitúan al dolmen de Montelirio como un caso único en su contexto regional y temporal, la Edad del Cobre del suroeste peninsular, según el arqueólogo que dirigió las excavaciones durante 14 meses. Otra novedad descubierta en este enterramiento, que quedó cubierto por un túmulo de 80 metros de diámetro y tres de altura, es la existencia de una bóveda de arcilla autoportante que cubría las cámaras del monumento funerario. Esta construcción daría respuesta a la falta de cubierta en otros dólmenes excavados hasta la fecha que carecían de grandes megalitos o falsas bóvedas de mampostería como cubierta, ha apuntado el coordinador de la excavación, Vicente Aycart. La presencia de numerosas figuras de cerdos y bellotas en marfil y los numerosos materiales procedentes de la Sierra Norte han llevado a los arqueólogos a plantear la hipótesis de la estrecha relación de la población enterrada en Montelirio con la cercana Sierra Morena y la posible explotación de un paisaje similar a las actuales dehesas desde un periodo 2700 antes de Cristo. No obstante, la reconstrucción paleogeográfica del conjunto funerario Valencina-Castilleja de Guzmán indica que el área en la Edad del Cobre se hallaba junto a la antigua desembocadura del río Guadalquivir más al norte que en la actualidad. El enterramiento, que demuestra la existencia de una sociedad compleja y jerarquizada, ya fue expoliado por los romanos, cuyos enterramientos también están presentes en la zona, y en los últimos años ha estado a punto de quedar constreñido por un geriátrico y un supermercado, construcciones que finalmente no se han hecho. La representante de la Mesa Ciudadana en Defensa del Paisaje Protegido y el Yacimiento Valencina-Guzmán, Isabel Medrano, ha atribuido esa paralización a la "lucha" ciudadana "espontánea" que se plantearon vecinos de las localidades cercanas ante "el urbanismo salvaje" que preveía construir encima de los enterramientos. Esa organización ciudadana, que el 22 de septiembre pasado recibió del consejero de Cultura, Paulino Plata, la primera "Medalla de Menga" por su labor, ha pedido que se cubran con tierra otros enterramientos menores situados junto a Montelirio, a los que se puede acceder porque la valla que los protege está rota y corren peligro de ser expoliados. También solicitan que se acometa algún tipo de actuación para que el dolmen de Montelirio pueda ser visitable, lo que estaba previsto pero que de momento no se acomete por la crisis, según el director de la excavación. En este sentido, el profesor José Luis Escacena, del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, ha planteado que para la puesta en valor, difusión y gestión de los restos arqueológicos participe la iniciativa privada, porque el patrimonio en Andalucía es tan amplio que para la Administración es "imposible" gestionarlo.
Los arqueólogos están investigando los restos localizados en el dolmen de Montelirio, en Castilleja de Guzmán, donde se encontraron un enterramiento de hace casi 5.000 años de un hombre y una mujer con otras 20 mujeres de entre 25 y 35 años. La teoría más factible es que se tratara del personaje principal de un grupo social como un clan, tribu o jefatura que habría sido enterrado con su séquito, según ha dicho el arqueólogo Álvaro Fernández Flores, director de las excavaciones. Los restos del monumento funerario han sido cubiertos con tierra una vez extraídos los huesos humanos y ajuares encontrados, entre ellos figuras de marfil, huevos de avestruz, alimentos, ámbar, vasijas o puntas de flechas. Las mujeres estaban enterradas en una cámara distinta a la del personaje masculino y tanto su enterramiento como la presencia de un numeroso y variado ajuar suponen la amortización de una notable riqueza. Aún se desconoce cómo murieron las mujeres, aunque está claro que fueron enterradas a la vez y no en distintos años. Este hecho, el amplio número y selección de los individuos inhumados, su disposición y los elementos de culto (altares y ofrendas) y ajuar recuperados sitúan al dolmen de Montelirio como un caso único en su contexto regional y temporal, la Edad del Cobre del suroeste peninsular, según el arqueólogo que dirigió las excavaciones durante 14 meses. Otra novedad descubierta en este enterramiento, que quedó cubierto por un túmulo de 80 metros de diámetro y tres de altura, es la existencia de una bóveda de arcilla autoportante que cubría las cámaras del monumento funerario. Esta construcción daría respuesta a la falta de cubierta en otros dólmenes excavados hasta la fecha que carecían de grandes megalitos o falsas bóvedas de mampostería como cubierta, ha apuntado el coordinador de la excavación, Vicente Aycart. La presencia de numerosas figuras de cerdos y bellotas en marfil y los numerosos materiales procedentes de la Sierra Norte han llevado a los arqueólogos a plantear la hipótesis de la estrecha relación de la población enterrada en Montelirio con la cercana Sierra Morena y la posible explotación de un paisaje similar a las actuales dehesas desde un periodo 2700 antes de Cristo. No obstante, la reconstrucción paleogeográfica del conjunto funerario Valencina-Castilleja de Guzmán indica que el área en la Edad del Cobre se hallaba junto a la antigua desembocadura del río Guadalquivir más al norte que en la actualidad. El enterramiento, que demuestra la existencia de una sociedad compleja y jerarquizada, ya fue expoliado por los romanos, cuyos enterramientos también están presentes en la zona, y en los últimos años ha estado a punto de quedar constreñido por un geriátrico y un supermercado, construcciones que finalmente no se han hecho. La representante de la Mesa Ciudadana en Defensa del Paisaje Protegido y el Yacimiento Valencina-Guzmán, Isabel Medrano, ha atribuido esa paralización a la "lucha" ciudadana "espontánea" que se plantearon vecinos de las localidades cercanas ante "el urbanismo salvaje" que preveía construir encima de los enterramientos. Esa organización ciudadana, que el 22 de septiembre pasado recibió del consejero de Cultura, Paulino Plata, la primera "Medalla de Menga" por su labor, ha pedido que se cubran con tierra otros enterramientos menores situados junto a Montelirio, a los que se puede acceder porque la valla que los protege está rota y corren peligro de ser expoliados. También solicitan que se acometa algún tipo de actuación para que el dolmen de Montelirio pueda ser visitable, lo que estaba previsto pero que de momento no se acomete por la crisis, según el director de la excavación. En este sentido, el profesor José Luis Escacena, del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, ha planteado que para la puesta en valor, difusión y gestión de los restos arqueológicos participe la iniciativa privada, porque el patrimonio en Andalucía es tan amplio que para la Administración es "imposible" gestionarlo.
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