dimarts, 21 de desembre del 2010

Carrero, las huellas del atentado


'Público' accede al informe científico que la policía elaboró sobre el magnicidio.


PEDRO ÁGUEDA
La organización terrorista ETA recorre en estos momentos el tramo final de su historia, al menos como el grupo que ha logrado convulsionar con violencia la vida política española durante medio siglo. En eso coinciden las Fuerzas de Seguridad que han dedicado todo este tiempo a combatirla y aquellos que han justificado sus atentados antes y después de la llegada de la democracia. Pero ninguno de ellos se atreve a poner fecha a ese final.
Sólo el pasado alberga certezas y una de ellas dice que un día como hoy, hace 37 años, ETA cometió su atentado más influyente en la historia de España: el asesinato del penúltimo presidente del Gobierno del franquismo, el almirante Luis Carrero Blanco. En este aniversario, Público ha tenido acceso al original del informe científico que la policía elaboró en las horas que siguieron al magnicidio.
Unos falsos autores del atentado dieron una rueda de prensa en Burdeos
Ese informe del Laboratorio de Técnica Policial adjunta una carta, cuya existencia no ha sido revelada hasta ahora, que la policía encontró en uno de los registros. Su contenido apunta a un nuevo escenario de la trama que no había trascendido: Andalucía. Fechada en Sevilla el 7 de diciembre, 13 días antes del atentado, la carta apareció en uno de los bolsillos delanteros de un pantalón vaquero Levi's, abandonado en el sótano de la calle Claudio Coello.
"No hemos conseguido encontraros casa en Sevilla, pero sí en el Puerto de los Maricones. Esto os obliga a hacer el viaje en una sola etapa (...). Si veis que la acción es demasiado arriesgada, dejadla. Queda a vuestro criterio realizarla o no. Recordad, el éxito de la retirada depende de la velocidad de vuestros movimientos. Conseguid un buen coche: no importa el precio. Agur".
A pesar de esa carta, la policía creyó que los tres autores materiales del atentado se escondieron en Madrid hasta que disminuyó la presión policial, luego en el País Vasco y que desde Hondarribia cruzaron la frontera a Francia en enero del año siguiente. Sin embargo, el contenido de la misiva apunta a que el comando Txikia intentó desorientar a las Fuerzas de Seguridad huyendo hacia el sur, sirviéndose de la infraestructura que otros miembros de la banda, ya establecidos en Andalucía, pudieron haberles facilitado. También pudiera tratarse de una pista falsa y que tanto el origen de la misiva como el contenido no fueran más que claves.
"Hemos conseguido casa en el Puerto de los Maricones", dice la misiva
La rueda de prensa
De hecho, ETA realizó varias maniobras de distracción. Seis días después del atentado, cuatro encapuchados se presentaron como los autores materiales y dieron una rueda de prensa en Burdeos para medios de comunicación no españoles. ETA pretendía hacer creer que los autores ya estaban a salvo en el refugio francés, pero lo cierto es que ninguno de los comparecientes había sido autor material del mismo.
Fueron Jesús Zugarramurdi, jefe del comando; José Miguel Beñarán, Argala, y José María Larreategui, que provisto de cejas y bigote postizos había alquilado el sótano de la calle Claudio Coello, los encargados de rematar un plan en el que habían participado una decena de etarras.
ETA llamó 'operación Ogro' al plan tras ver en persona a Carrero.
El informe del Laboratorio de Técnica Policial identificó, sin embargo, a nueve miembros de la banda, porque de todos ellos encontró huellas en alguno de los escenarios de la operación Ogro, el nombre con el que los autores bautizaron el plan tras ver por primera vez en persona a Carrero Blanco y sorprenderse de sus pobladas cejas. Entre los etarras identificados aparecen el mencionado Argala y un jovencísimo José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, irreconocible en la ficha policial de la época. La presencia de este en un piso utilizado por el comando se debe a la visita que realizó a Madrid en la primavera de 1973 para participar, junto a una treintena de responsables de la banda, en una asamblea reducida (Batzar Txikia) que se celebró en Getafe, según rememora el periodista Florencio Domínguez.
El informe de la ya desaparecida Comisaría General de Investigación Criminal incluye un amplio reportaje fotográfico sobre los efectos del atentado. Entre ellos el que resultó inmediatamente visible para los vecinos, un inmenso cráter a la altura del número 104 de la calle Claudio Coello. Y el que descubrieron minutos después, los restos del Dodge Dart de Carrero Blanco. "Por efectos de la explosión el coche fue proyectado hacia arriba, salvó el tejado del edificio número 129 de la calle Claudio Coello, residencia de los Padres Jesuitas, tejado que tiene una anchura de 20 centímetros, y cayó al patio interior", describe el informe policial. En total, un salto de 30 metros, según calculó la Policía.
Las huellas de 'Josu Ternera' aparecieron en un piso de la calle Mirlo
En la calle, los agentes encontraron una cartera de cuero negro que contenía "el dispositivo utilizado para la explosión". Los miembros del comando Txikia se disfrazaron con monos de trabajo y contestaban a los porteros de las fincas que les preguntaban que estaban realizando una instalación de luz para un supuesto escultor.
En el croquis del pequeño local está señalada la ubicación de los sacos militares utilizados para sacar la tierra del tunel excavado. Su aparición se sumó a las múltiples teorías conspirativas que sucedieron al atentado. Lo cierto es que el comando había actuado en Madrid durante todo un año, incluidos robos a armerías e instalaciones militares y en uno de ellos podían haber obtenido los sacos. El comando Txikia planeó en un primer momento secuestrar a Carrero, pero el incremento en las medidas de seguridad en torno a él tras ser nombrado presidente les hizo cambiar de planes. Los etarras llegaron a comulgar a su lado en la iglesia a la que acudía todas las mañanas. Esa rutina lo convirtió en un blanco fácil .
Seis fichas de los etarras que dejaron su rastro
Jesus Zugarramurdi, 'Kixkur'
Considerado por la investigación jefe del comando y autor material
. En 1983 fue herido de bala en un atentado de los GAL.
José Miguel Beñarán, 'Argala'
En venganza, un grupo de militares lo asesinó cinco años después. Se convirtió en un símbolo para ETA.
José A. Urrutikoetxea, 'Josu Ternera'
Visitó al comando en Madrid, pero no participó en el atentado. Aún se especula con su liderazgo en la organización terrorista.
Ignacio Peréz Beotegi, 'Wilson'
Participó en los preparativos, pero salió de Madrid antes del atentado
. Se cree que tradujo la rueda de prensa al inglés.
Javier Larreategi, 'Atxulo'
Falleció en 2008. Disfrazado con bigote y peluca, alquiló el sótano desde el que se excavó el túnel para colocar la bomba.

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