dissabte, 27 d’agost del 2011

Unas excavaciones descubren en Valencia 52 metros de muralla ibérica



Las excavaciones que se están desarrollando en el yacimiento de La Carència, ubicado en el término municipal de Turís, han descubierto 52 metros de muralla ibérica y una de sus torres.


Según ha informado la Diputación de Valencia en un comunicado, un equipo de arqueólogos de su Servicio de Investigación Prehistórica ha realizado este hallazgo en este «oppidum» (colina o meseta fortificada).

La corporación provincial ha destinado 14.000 euros al desarrollo de estos trabajos que han sido desarrollados durante el mes de julio por un equipo de 17 estudiantes y licenciados en Arqueología e Historia por la Universidad de Valencia e Italia, tres arqueólogos y un técnico en topografía.

La directora de la excavación y conservadora del Museo de Prehistoria de Valencia, Rosa Albiach, ha destacado que «se ha podido documentar muy bien este tramo de su muralla» y obtener «importante información sobre su construcción y cimentación».

Para su construcción, ha precisado, se adaptó a la roca natural y para su cimentación se erigió un zócalo de piedras de 1,35 metros de altura con sillares de medida trabajados por la cara externa, y que alternaron con piedras irregulares, trabados en seco, de entre 1,30 y 1,55 metros.

Según Albiach, de pocas murallas ibéricas se sabe cuál fue su alzado dado que no se ha podido conservar, pero en este caso, gracias al los derrumbes que se han producido hacia el interior del «oppidum», ha podido conocerse cómo era la muralla y que tenía unos 5 metros de altura.

De la torre anexa a esta zona de la muralla, se pondrá al descubierto su planta completa en próximos trabajos, ya que de momento solo hay visibles tres de los cuatro muros.

La Carència es un poblado de gran extensión que tiene una continuidad de ocupación desde el Bronce Final, pasando por las épocas ibérica, romana republicana y romana imperial, hasta alcanzar el periodo islámico.

Es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de las tierras valencianas tanto para la época ibérica como durante la romanización, con una ocupación puntual en época almohade.

El material cerámico, metal, vidrio y monedas hallados en el yacimiento nos indican que hubo una amplia relación comercial a nivel regional, peninsular y con el resto de pueblos del Mediterráneo.

Fuente: lavozdeGalicia

divendres, 26 d’agost del 2011

El naufragio del siglo


Arqueólogos suecos acaban de hacer uno de los grandes descubrimientos del nuevo siglo en el fondo del mar Báltico. Se trata de los restos del mítico «Mars», buque insigna y orgullo de la flota del rey Erik XIV, hundido en 1564, un barco de más de 80 metros de eslora que solo estuvo en acción dos días de feroz combate, en los que, sin embargo, su presencia cambió las reglas de la guerra naval en el norte de Europa.
Nada más aparecer la flota sueca en la batalla de Öland aquel 30 de mayo de 1564, la atención de la armada combinada de Dinamarca y Lübeck se centró en el impresionante buque insignia —el doble de grande que cualquier barco de entonces en el Báltico— y decidieron concentrarse en su caza, que duró dos días de guerra sin cuartel. El «Mars», también llamado «Makalös», el «Incomparable», es uno de los barcos de guerra más estudiados de la historia. Desplazaba 1.800 toneladas y estaba armado con 107 cañones (otros apuntan a 173 bocas de fuego de distintos calibres) y 800 hombres, la mayor parte de los cuales se hundió con él.
Durante el primer día de batalla, el almirante sueco Jakob Bagge mantuvo el barlovento con destreza, y por tanto la maniobrabilidad del «Mars». Ello le permitió rechazar múltiples ataques y hundir al menos un barco enemigo, además de dañar otros. El problema vino durante la noche, cuando la flota sueca perdió su formación y el 31 de mayo amaneció con el «Mars» escoltado tan solo por cinco o seis barcos. Los capitanes de la flota no habían alcanzado una posición óptima de combate, a pesar de la determinación del almirante.
Ese segundo día, los aliados concentraron con nuevos bríos el fuego sobre el enorme barco y al fin destruyeron, de un disparo certero, el timón del «Mars», lo que puso al buque insignia al alcance del enemigo e hizo huir al resto de la flota. Lo abordaron para cobrarlo como pieza. Sea como fuere, el fuego alcanzó un barril de pólvora y el buque entero estalló. Murieron más de 600 hombres de su tripulación y 300 de los enemigos que lo habían abordado. Tan solo un centenar de marinos fueron rescatados con vida. Entre los supervivientes se encontraba el almirante Bagge. Fue la única victoria naval de los aliados en la guerra de los Siete Años del Norte, aunque no sirvió de nada porque el impruedente almirante danés Hans Lauritzen perdió parte de la flota en una tormenta.
Por su tamaño y capacidad de resistir los ataques de una flota combinada, el «Mars» convenció a daneses y germanos (y, por supuesto, a los suecos) de la conveniencia de construir buques artillados más grandes. Ordenaron la construcción del«Fortuna» (danés) y el «Grosse Adler» (de Lübeck) en 1467, con 2.100 toneladas. El rey sueco Johan, hermano y sucesor de Erik botaría en 1573 el «Sant Oluf», de 3.500 toneladas, y ya nada sería igual: a pesar de las continuas refriegas contra la alianza germano-danesa, la política sueca de gran movilización de recursos permitió mantener la hegemonía en el mar a partir de la década de 1570. Y la flota les hizo dueños del comercio hacia Rusia.
Según el descubridor del «Mars», Richard Lundgren, ahora se prepara un equipo científico para dirigir los posibles trabajos de extracción. Suecia es territorio vedado a los cazatesoros y por ello Universidades, instituciones y empresas como la Global Underwater Explorers, de Lundgrun, participan en el proyecto, cuyos resultados irán a un museo. En España, con una historia naval aún más rica que la sueca, un proyecto como este aún no sería posible, ni soñando.
Tres hombres con muy diferente destino
HANS LAURITZEN, TORPE ALMIRANTE DANÉS: Hizo méritos para convertir su victoria sobre el «Mars» en la derrota de Dinamarca. Intolerante en el mando y tenaz en sus errores, destrozó la flota contra los escollos de Götland cuando fondeó sin oír las advertencias de la tempestad que llegaba.
ERIK XIV, EL REY PARANOICO: De gustos refinados, virtuoso del laúd y poeta, era mentalmente inestable. Encarceló a su hermano Johan. En un brote de esquizofrénico mató a varios miembros de la influyente familia Sture. Fue depuesto por Johan, que reinó desde 1569.
JAKOB BAGGE, EL GRAN GUERRERO PRESO: Almirante sueco, había huido de Dinamarca siendo niño. El destino lo devolvió preso a su país de infancia: sobrevivió al hundimiento del «Mars» en 1564 y estuvo preso en Dinamarca hasta 1571, tras la paz de Stettin.

Fuente:ABC

diumenge, 21 d’agost del 2011

Hallan un barco romano con 300 ánforas en la costa sur de Albania



Un equipo de expertos estadounidenses y albaneses ha hallado un barco romano con 300 ánforas que naufragó posiblemente en el siglo II a.C en Karaburun, en la zona de Albania donde se junta el mar Adriático con el Jónico.
Según declaró a Efe Auron Tare, miembro albanés del equipo de arqueólogos, la embarcación, de 30 metros eslora, se encontró al oeste de la isla de Sazan, frente a la bahía de Vlora, a una profundidad de 50 metros.
El barco fue descubierto por un robot de la nave científica estadounidense "Hércules", que desde hace cinco años rastrea el fondo de los mares Jónico y Adriático frente a las costas de Albania para crear un mapa de los patrimonios arqueológicos e históricos submarinos de este país mediterráneo.
Las imágenes facilitadas por el robot indican que a bordo del barco había 300 ánforas de tipo lambolia y otras dos más grandes que se usaban para el transporte del vino o aceite de oliva.
"Estas ánforas, típicas de la zona del Adriático, pertenecen a la segunda mitad del siglo II y la primera mitad del siglo I a.C, que coincide con el florecimiento del imperio romano, y se usaban para el transporte de vino y aceite", destacó Adrian Anastasi, miembro del Instituto albanés de arqueología.
Los restos de la nave podrán arrojar luz sobre los ilirios, que habitaban esta zona, y de sus relaciones con los imperios romano y griego.
Desde que comenzó su actividad hace cinco años, la expedición estadounidense-albanesa, patrocinada por la RPM Nautical Foundation, ha descubierto en aguas albanesas 20 embarcaciones hundidas, algunas en la I y II Guerra Mundial, y 15 en el mar Adriático que pertenece a Montenegro.

Fuente: EFE

diumenge, 14 d’agost del 2011

Descubren batería militar diseñada hace más de 200 años por ingeniero español



Un grupo de obreros que adelantaba trabajos en las playas de un exclusivo barrio de Cartagena de Indias (norte) hallaron una fortificación diseñada y construida por un ingeniero español hace más de 200 años, informaron hoy autoridades locales.

El hallazgo arqueológico fue presentado a medios de comunicación por la alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo, quien destacó la importancia que tiene no solo para la ciudad, sino para el país y el continente, encontrar la construcción que aparecía en la cartografía de la época, pero que no estaba a la vista.

Detalló que la perdida batería de Pedro Mass data de finales del siglo XVIII y que hacía parte de un pequeño pero completo sistema de defensa conformado por dos baterías y un hornabeque que servía para proteger la zona norte de la ciudad.

"La batería de Mass", llamada así por estar en terrenos del hacendado Pedro Mass, fue construida por el ingeniero militar Antonio de Arévalo, ambos nacidos en España.

Esa construcción constituía junto con la batería de Crespo y el hornabeque de Palo Alto, aún enterrados, una de las primeras defensas que protegían a Cartagena del brutal asedio de los piratas y bucaneros que con sus naves surcaban el Mar Caribe.

"Estas eran dos baterías y un hornabeque que nunca habíamos visto, están en los primeros mapas a partir de 1783 aproximadamente, se construyeron en 1780 por el mayor ingeniero militar de la época no solamente para Cartagena, que fue Antonio de Arévalo, si no para Cádiz también", explicó a Efe la alcaldesa Pinedo.

"El mismo ingeniero militar que hizo estas baterías en forma de alas de gaviota fue el que hizo el castillo de San Felipe, el de San Fernando, el que hizo las bóvedas de Santa Clara, de manera que estamos ante una batería hecha por el mejor ingeniero militar de lejos que hubo en el mundo en ese momento", agregó la mandataria.

Agregó que "estas baterías son como los elementos más pequeños de las fortificaciones pero acompañadas por el hornabeque que son como dos medios baluartes protegían y apoyaban la defensa de la ciudad por la zona norte".

Estas fortalezas fueron erigidas a finales del siglo XVI y junto con otras dispuestas a lo largo y en el interior de Cartagena constituyeron la defensa de la ciudad, que sufrió descomunales ataques del almirante inglés Edward Vernon, en 1741.

Vernon condujo casi dos centenares de las mejores naves de guerra de la época que buscaban copar la ciudad, pero se encontraron con la fiera resistencia de los cartageneros, que obligó al afamado almirante a replegarse y huir.

El hallazgo, reconoció Pinedo, anima a la administración a buscar la otra batería y el hornabeque, ambos todavía enterrados, pero que al igual que el descubierto figuran en los mapas de la época.

Las fortificaciones fueron encontradas en la playa del barrio de Crespo, al norte de la ciudad, a unos 500 metros al oeste del aeropuerto internacional "Rafael Núñez", que sirve a Cartagena.

El arquitecto del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) Juan Manuel Lara explicó a Efe que este tipo de fortificaciones "normalmente tenían cañones" y que "esta batería, según los planos, aparece con seis cañones".

"La mayoría de los galeones, cuando venían de Europa, tenían que entrar por esta zona y una estrategia militar era tratar de desembarcar por este mar para poder penetrar directamente a Cartagena por el norte, pero entonces se les dificultaba bastante por los cambios climáticos y por los constantes cerramientos de agua que había", indicó Lara.

El arquitecto explicó que para la época Crespo estaba muy retirado de la ciudad, por lo que "el gobierno español determinó hacer unas fortificaciones en estos lugares para evitar los posibles desembarques, teniendo en cuenta que Vernon quiso desembarcar" por esa parte.

Las autoridades de la ciudad esperan ahora las determinaciones que tome el Gobierno central a través del Instituto Colombiano de Antropología e Historia para comenzar con la recuperación y preservación de estas fortalezas que hicieron que Unesco, en 1984, designara a Cartagena como patrimonio histórico de la humanidad.

Fuente: EFE

dijous, 11 d’agost del 2011

Un libro desvela que el 85% de los españoles presos en los 'gulag' soviéticos sobrevivió



La supervivencia de los españoles en los 'gulag', los campos de trabajo forzados en la extinta Unión Soviética, se situó en cerca del 85%, una cifra muy por encima a la que se registró en el caso de los campos nazis.

Así lo ha explicado, el catedrático de Historia Secundino Serrano, autor de un libro que saldrá en otoño, titulado Españoles en el Gulag. Republicanos bajo el estalinismo, con el que arrojará luz sobre un tema que ha pasado desapercibido en el estudio de la historia del Franquismo, la presencia de republicanos españoles en el 'gulag'.

Un triología sobre republicanos anónimos
Con el libro dará por culminada su trilogía sobre los republicanos anónimos que lucharon contra los totalitarismos, "contra Franco en España, contra Hitler en Alemania y contra Stalin en la URSS".

Ha explicado que "hubo contabilizados con nombre y apellidos" 185 españoles en el 'gulag', de los que 27 murieron, la mitad en el Círculo Polar Ártico y la otra mitad en Kazajistán.

Ha insistido además en que, a pesar de que los campos de trabajo forzado de la URSS fueron "verdaderas matanzas, no son comparables a los campos de exterminio nazis".

El punto de partida: unas fotos de carné
Esta investigación comienza en 2002 cuando, en medio de otro estudio sobre los españoles en la Segunda Guerra Mundial, halla en el Archivo General de la Guerra Civil en Salamanca un sobre con medio centenar de fotografías de carné en el que únicamente aparecía escrito: Karagandá, capital de la provincia del mismo nombre en Kazajistán.

Éste será el punto de partida hacia la reconstrucción de este episodio en el que un grupo de jóvenes españoles maltratados por su propia ideología regresan a España trece años después "desilusionados, anticomunistas, muy nacionalistas y, en algún caso excepcional, incluso con afinidades bastante franquistas".

Según Serrano, se trata de un grupo que "numéricamente no es relevante, pero que sí tiene una importancia cualitativa".

El 'Archipiélago Gulag'
El historiador ha destacado lo paradójico de este episodio de la historia del Franquismo que tiene como protagonistas a un grupo de marineros y aspirantes a pilotos españoles de ideología republicana, que acabaron prestando servicios forzados en algunos de los campos más significativos de los 76 complejos concentracionarios soviéticos, el conocido como 'Archipiélago Gulag'.

Se trata de un grupo de jóvenes que llega a la URSS con ideas de izquierdas o comunistas y que regresan a una dictadura, la de Franco, "pero encantados de la vida porque realmente los habían castigado de tal manera que eran felices por salir de Rusia".

El regreso de los que sobrevivieron al 'gulag' tiene dos momentos, uno de ellos el 2 de abril de 1954, cuando 38 de estos internados llegaron a Barcelona en un barco que se llamaba 'Semíramis', en el que venían a bordo 248 divisionarios, de la División Azul, y esos 38 republicanos, a los que se les dio un recibimiento espectacular.

Un millón de personas de toda España fue a recibirles, ha relatado Serrano, que ha añadido que estos jóvenes habían salido de la guerra cantando el 'Himno de Riego' y regresan trece años después en un barco en el que la banda sonora era el 'Cara al sol'.

Según ha dicho, el franquismo los utilizó propagandísticamente, se les recibió a estos 38 españoles republicanos lo mismo que a los divisionarios e incluso se les consiguió trabajo a todos. El segundo momento fue cuando regresaron a España con los 'niños de la guerra', entre 1956 y 1959.

Fuente: 20minutos

diumenge, 7 d’agost del 2011

El pueblo que resiste a la Memoria Histórica



Si alguna vez ha viajado desde San Lorenzo del Escorial a Ávila por la carretera C-505, probablemente haya dejado atrás el pequeño pueblo de Navalperal de Pinares, en la provincia de Ávila. Entonces, nada le habrá hecho reparar en que se trata de uno de los últimos callejeros con más reminiscencias franquistas de todo el territorio nacional, y que entre sus paredes aún conserva íntegro un callejero del periodo de la dictadura.

Sin embargo, un breve paseo por sus calles será suficiente para encontrar la avenida del Caudillo en el centro mismo del pueblo, las plazas contiguas del general Mola y de Onésimo Redondo, la avenida del 18 de julio o la calle del 8 de octubre. Incluso, si visita el Consistorio de la localidad, no tendrá dificultades para ver el escudo preconstitucional en la vidriera que lo preside.

Más de cuatro años después de que el Gobierno de Zapatero aprobara la polémica Ley de Memoria Histórica, este pueblo abulense de poco más de 1.000 habitantes se resiste como pocos al polémico texto, pese a las presiones de las asociaciones memorialistas. La última, una carta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), con fecha de 2 de marzo y dirigida al alcalde de la localidad, José Luis Bartolomé, del PP, en la que se instaba a un «cambio inmediato tanto en el callejero como en los espacios públicos de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura». Peticiones acompañadas de la advertencia de «retirada de subvenciones o ayudas públicas».

Lo cierto es que entre sus habitantes muy pocos se preocupan de su existencia. Es un tema que «no interesa en el pueblo», explica el alcalde, porque si «alguien viene al centro, viene a la plaza del pueblo, no a la del general Mola». Es más, a la avenida del Caudillo, «se la conoce como calle de la estación porque es lo que la gente identifica que hay en ella», afirma el primer edil. No obstante, ni mucho menos es contrario a su modificación pero sí que reclama ayudas económicas porque «el Ayuntamiento no tiene terrenos, no hay deudas pero tampoco dinero para acometer las reformas», explica.

Y es que «si cada placa cuesta 50 euros y son diez o veinte las que hay que cambiar…», todo tendría que ser costeado por los propios vecinos con impuestos extraordinarios. Pese a las dificultades, el alcalde que ha sido elegido por tercera vez con mayoría absoluta desvela que el próximo otoño planteará el cambio, para que los habitantes puedan aportar ideas que luego se debatan en el pleno. Precisamente, él propondrá que la del general Mola pase a denominarse general Gutiérrez Mellado. Aunque, eso sí, no se muerde la lengua: «Lo haremos aunque creo que es remover basura con una ley innecesaria y sólo sirve para enfrentar a las dos Españas». Y es que, a su juicio, «es más preocupante que la gente acampe a sus anchas en la Puerta del Sol, que en el País Vasco se retiren banderas españolas o que se destrocen capillas católicas en la universidad». «Mucho más que unas cuantas calles», protesta.

Ni la Delegación de Gobierno ni la Administración le han comunicado oficialmente nada. Pero se resigna, «si me lo piden ellos lo tendré que hacer porque si a un pueblo como el nuestro le retiran las subvenciones, le pueden hundir en la miseria». Tampoco el PSOE había planteado una moción de censura hasta ahora. De hecho, esta formación tuvo oportunidad de hacerlo en los ocho años que gobernó la localidad. Lo hará, sin embargo, en próximas fechas, según anunció a este diario el portavoz socialista de la localidad, Alejandro Narganes. Su versión contradice la del alcalde. «Aunque sea un pueblo tranquilo, hay tiranteces por el nombre de las calles», afirma Narganes y replica, «no es tantísimo el coste que supondría el cambio, sería una cantidad ínfima del presupuesto».

Al contrario de lo que se puede leer en su callejero, si por algo es conocido Navalperal de Pinares en los libros de historia es por su resistencia a las tropas nacionales en 1936. No en vano, nada más estallar la Guerra Civil, desde el 23 de julio hasta el 8 de octubre, el coronel del bando republicano Julio Mangada resistió a los ataques de las fuerzas de Franco con voluntarios procedentes de Madrid. Acontecimientos que se rememoran todavía hoy en el museo El Lavadero de la localidad.

Fuente: larazón

dilluns, 1 d’agost del 2011

Batallón 601: el ‘Escuadrón de los Millonarios’


Un grupo de jóvenes aristócratas se encontraba entre los elegidos por la RAF (Royal Air Force) para servir a su patria en uno de los escuadrones aéreos cuyos resultados fueron altamente efectivos: el Batallón 601. Sus integrantes eran excéntricos, deportistas y amantes de la juerga y la aventura; tampoco temían al riesgo y ponían en peligro sus vidas misión tras misión. No obstante, poseían una característica en común más llamativa: tenían dinero, mucho dinero.
La idea de formar el escuadrón salió de Lord Grosvenor, un miembro de la aristocracia británica que realizó el "reclutamiento" de sus hombres en el club White's, un exclusivo lugar de acceso restringido en el que se reunían los caballeros más selectos de Londres.
Lord Grosvenor era conocedor de cómo los candidatos eran jóvenes despreocupados, de buena cuna y con un gran afán de aventura, sobre todo de juergas.
Quiso medir la capacidad de aguante de los aspirantes, no solo realizando esfuerzos físicos, sino evaluando hasta qué punto eran capaces de comportarse bajos los efectos del alcohol. Por este motivo, una de las pruebas consistía en hacerles beber una gran cantidad de gintonics para comprobar si tras la ingesta de alcohol eran capaces de seguir comportándose como auténticos caballeros.
Fue un batallón exclusivo y elitista, al que se le conoció como "el Escuadrón de los Millonarios". Una de sus particularidades se basaba en que muchos de los aviones eran de propiedad privada y pertenecían a los pilotos; también hacían notar sus excentricidades vistiendo vistosas americanas rojas.
Tras el estallido de la II Guerra Mundial, al batallón 601 se le fueron incorporando otros pilotos, entre los que se encontraban jóvenes deportistas y aventureros que, aunque no pertenecían a la aristocracia, le dieron al escuadrón el equilibrio exacto para ser considerado como uno de los mejores y más efectivos de la RAF durante la guerra.
No obstante, no todo fue aventura, risas, juegas y diversión. De un total de 20 componentes, 11 de ellos perdieron la vida en acto de servicio. En su honor se erigió un memorial donde se le rinden los homenajes año tras año.
En 1957 el escuadrón fue oficialmente disuelto, pero en 1991, un grupo de aficionados a la aeronáutica y antiguos pilotos decidieron volver a crear el Batallón 601 reuniéndose periódicamente y recreando las aventuras que, medio siglo atrás, vivieron los verdaderos integrantes del "Escuadrón de los Millonarios".

Fuente: Alfred López