dimecres, 4 de gener del 2017
Los arqueólogos excavan el barco hundido en Deltebre y lo reproducen en 3D
Los arqueólogos han terminado de excavar el buque de guerra del siglo XVIII que embarrancó, junto con cuatro naves más, frente a las costas de Deltebre. La campaña de este 2016, la octava que se ha hecho en la embarcación, ha permitido acabar de documentarlo con profusión. Se han hecho entre 4.000 y 5.000 fotografías de la nave, que dentro de unas semanas se traducirán en una reproducción tridimensional del yacimiento.
“Nunca se ha visto entero, porque las corrientes lo han ido tapando y destapando; y ahora, las nuevas tecnologías lo permitirán”, concreta el director del Centro de Arqueología Subacuática de Catalunya (CASC), Gustau Vivar. Aún queda, pero una incógnita por desvelar: saber cuál era el nombre del barco. Sobre la mesa, hay cinco posibles. La próxima primavera, los expertos del CASC viajarán a Londres para vaciar los archivos en busca de documentos que permitan saber como se decía, realmente, el Deltebre I.
El barco que un pescador local, Carlos Somolinos, descubrió en 2008 frente a la isla de Buda formaba parte de la flota aliada comandada por el teniente general inglés John Murray. A principios de la Guerra del Francés, la escuadra intentó asediar Tarragona.
Pero el ataque fue un fracaso. Cuando el convoy militar se dirigía hacia el puerto de Alicante, una llevantada les sorprendió a las gargantas del Ebro. Era el 20 de junio de 1813. Hubo hasta dieciocho barcos que se embarrancaron, de los que se recuperaron trece. Las cinco naves restantes -con su carga militar- quedaron en el fondo. Y la Deltebre es una de ellas.
Este ha sido un yacimiento prolífico. A lo largo de las diferentes campañas, los arqueólogos han vuelto a la superficie todo lo que se conservaba del cargamento.
Testigos no sólo de la vida militar de la época, sino también de la técnica naval y del día a día a bordo
Balas de plomo, cientos de piedras hogueras, un cañón de bronce, el timón, el ancla, barriles de pólvora, artillería, botellas de vino y cerveza, botones de casacas… La lista es extensa. En paralelo, desde el CASC también se ha estudiado la arquitectura naval de este barco, cuyos restos se encuentran a una profundidad de unos 7 metros.
La nave, de tres palos, hacía 35 metros de largo por 6 de ancho. No era un barco de ataque, sino que formaba parte de la flota de apoyo. “Servía para transportar el material de guerra para abastecer los buques de ataque: cañones, artillería y toda la intendencia necesaria para los soldados”, concreta Gustau Vivar.
Reproducción en 3D
Ahora, una vez terminada la última campaña, los restos de la nave repondrán para siempre en el fondo del mar. Eso sí, cubiertas por una capa de arena con el objetivo de evitar expolios. Antes de tapar el yacimiento, sin embargo, los arqueólogos han llegado a hacer entre 4.000 y 5.000 fotografías, que este próximo enero se transformarán en una reproducción tridimensional del yacimiento.
El objetivo es divulgar los restos y enseñar qué es lo que se ha conservado. “Los restos del barco no se han visto nunca enteras del todo, porque las corrientes marítimas lo tapando y destapando; ahora, sin embargo, gracias a todas las fotografías que hemos ido haciendo durante los últimos años, podremos visualizarlo”, concreta Gustau Vivar.
“Lo que hemos hecho, podríamos decirlo así, es el estudio anatómico de este barco hundido, lo que nos permitirá saberlo todo, lo que no sólo será interesante para la arqueología sino también para hacer divulgación” , explica el director del CASC. De momento, los ordenadores trabajan con las fotografías y ya han extraído una primera imagen, a baja definición, que permite hacerse la idea del resultado final.
En Londres para encontrar el nombre
Del Deltebre I se conoce casi todo, como las características de la nave, el contexto histórico, la vida a bordo. Pero todavía hay una incógnita que hay que desvelar: el nombre de la nave. Los arqueólogos trabajan con cinco posibles, que corresponden con los barcos que se embarrancaron. El Deltebre I cuando navegaba surcaba las aguas con el nombre de ‘Magnum Bonum’, ‘Alfred’, ‘Southampton’, ‘Harlequin’ o ‘Albion’.
El director del CASC cree, basándose en los resultados de las excavaciones, que estos dos últimos tienen pocos números. Pero no se pueden descartar. Para averiguar la incógnita, que de momento reposa bajo agua, los arqueólogos viajarán esta primavera hasta Londres para vaciar archivos y documentación relativa a esta flota militar. Allí, esperan encontrar la respuesta que desvele el interrogante.
Fuente: La Vanguardia
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