dimecres, 23 de febrer del 2011

La vida de los principales implicados en el 23-F treinta años después de la intentona golpista



EFE. ¿A qué se dedican en la actualidad los principales implicados en el intento de golpe de Estado del 23-F? Treinta años después de los hechos, el exgeneral Alfonso Armada, el ex teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero y el excomandante Ricardo Pardo Zancada viven apartados de la vida pública y pasan sus horas entre cuadros, libros y flores. Tejero alterna su residencia entre un pueblo de Málaga y Madrid.

Tejero, cuyo recuerdo remite al momento en que entró en el Congreso pistola en mano y al grito de "¡Quieto todo el mundo!", alterna su residencia entre un pueblo de su tierra natal, Málaga, y Madrid, donde también residen gran parte del año Armada y Pardo Zancada. Muy aficionado a la pintura, el ex guardia civil combina esa actividad con el cuidado de un huerto de Vélez Málaga y se dice que escribe sus memorias.

El exgeneral Armada vive entre Madrid y el Pazo de Santa Cruz de Rivadulla (cerca de Santiago de Compostela), propiedad de su familia desde el siglo XVII, en el que explota comercialmente distintas variedades de camelias.

Condenas

El tercer condenado a 30 años de prisión junto a Tejero y Armada por el Consejo Superior de Justicia militar, el teniente general Jaime Milans del Boch, murió en 1997 y fue enterrado en la cripta del Alcázar de Toledo por su defensa del baluarte durante la Guerra Civil. Sólo Tejero permaneció preso más de 15 años.

De los tres, sólo Tejero permaneció preso más de 15 años, ya que Armada fue indultado por razones de salud y salió de prisión en 1989 y Milans fue puesto en libertad el 1 de julio de 1990.

El guardia civil que comandó el asalto al Congreso fue liberado el 3 de diciembre de 1996, aunque desde tres años antes se encontraba en régimen abierto en la cárcel militar de Alcalá de Henares.

En el segundo escalón de condenados a mayores penas, con 12 años, figura Ricardo Pardo Zancada, comandante de infantería, que en la madrugada del día 24 se sumó con 113 hombres de la Policía Militar de la División Acorazada Brunete a la ocupación del Congreso. Obtuvo la libertad condicional en 1987 y desde entonces ha publicado varios libros sobre el intento de golpe de Estado. De los 33 procesados por aquellos hechos, 30 lo fueron por delito de rebelión militar

El ya fallecido exgeneral Luis Torres Rojas fue penado con 12 años, mientras que el coronel Diego Ibáñez Inglés, también muerto, con diez.

De los 33 procesados, 30 lo fueron por delito de rebelión militar en el juicio que se celebró en el Tribunal Supremo, que dictó sentencia en 1983. El único implicado civil en la rebelión, el abogado y máximo exponente del sindicato vertical franquista, Juan García Carrés, falleció de un ataque cardiaco en 1986.

También consiguió el indulto el capitán Vicente Gómez Iglesias, condenado a seis años de cárcel.

Liberados

Tras cumplir un año de prisión fueron puestos en libertad el capitán de navío Camilo Menéndez Vives (falleció en 1994) y los tenientes Jesús Alonso Hernáiz, César Alvarez Fernández, Manuel Boza Carranco, Vicente Garricondo Sánchez, Pedro Izquierdo Sánchez, José Núñez Ruano, Vicente Ramos Rueda y Santiago Vecino Núñez. Dos décadas después ninguno de los condenados pertenecía ya al Ejército.

Cumplieron condena de dos años los capitanes José Cid Fortea, Francisco Dusmet García, y el civil Juan García Carrés. Tres años en prisión estuvieron los capitanes Francisco Acera Martín, Carlos Alvarez-Arenas, Enrique Bobis González, Carlos Lázaro Corthay, José Pascual Gálvez, y Juan Pérez de Lastra.

Dos décadas después de los hechos ninguno de los condenados pertenecía ya al Ejército y el intento de golpe dejó de ser asunto de los tribunales para convertirse en historia, al prescribir los delitos por la rebelión militar.

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